miércoles, 16 de febrero de 2011

El Mago de Oz

Érase una vez una niña llamada Dorita que vivía en una granja con sus tíos y su perrito Toto.
Dorita ayudaba a sus tíos a cuidar a los animales, pero cuando terminaba sus labores se dedicaba a jugar por los al rededores de la granja acompañada de su querido Toto. Un día, mientras jugaba con Toto un tornado se fue acercando poco a poco a la granja. Dorita, entretenida en su juego no se dio cuenta de la llegada del tornado hasta que fue demasiado tarde. Por más que sus tíos intentaron avisarla, Dorita y Toto acabaron siendo alcanzados por el tornado y transportados a un lugar muy lejano a Kansas, su hogar.

Cuando llegaron a la tierra de Oz, Dorita no sabía dónde estaba, pues aquello que veía era muy diferente a todos los pueblecitos que había visto antes. Entonces, mientras miraba a un lado y a otro se le acercó un hada. Dorita asustada, le preguntó cómo podía volver a su casa y el hada buena le dijo que para encontrar el camino de vuelta a su casa debía seguir el camino de las baldosas amarillas. Antes de emprender el camino, el hada le dio unos zapatos rojos y le advirtió que no debía quitárselos nunca, pues sino estaría a merced de la bruja mala.

Dorita emprendió su andadura siguiendo aquel camino de baldosas amarillas, hasta que se encontró con tres amigos; primero con el Espantapájaros, después con Leoncio y más tarde, con el Hombre de Hojalata. Todos ellos estaban apenados porque les faltaba algo en su vida; al Espantapájaros, cerebro, a Leoncio, valor, y al Hombre de Hojalata, corazón. Todos juntos se dirigieron a ver al Mago de Oz para que les solucionase sus problemas.

Tras varias aventuras, por fin llegaron donde habitaba el Mago de Oz, y por fin consiguieron verle. El Mago, antes de concederles sus deseos les puso una condición y es que terminasen con la malvada bruja del Oeste. Así que allí fueron, a cumplir con su cometido. Se encontraron con mil dificultades, monos que volaban, el castillo custodiado por los guardias de la bruja, pero con valentía y audacia consiguieron llegar hasta la bruja y arrojando un cubo de agua, acabar con ella.
Felices fueron los cinco a ver al Mago. Ellos habían cumplido con su parte del trato, así que el Mago les daría lo que pidieron. Cual fue la decepción al descubrir que el Mago en realidad no era tal, pero con imaginación y bondad les concedió lo que pidieron. Al Espantapájaros un diploma, a Leoncio una medalla al valor, al Hombre de Hojalata un reloj con forma de corazón y a Dorita la devolvió a su hogar, pues "en ningún sitio se está como en casa".


3 comentarios:

  1. Me encanta tu blog. Te pega un montón el personaje de Dorothy (es que yo no tenía el cuento en español) ;)

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  2. Cuando quieras te dejo la peli para que te sobrecojas con su "¡Dorita, Dorita!"

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  3. Un blog estupendo. Con tu permiso me quedo el enlace.
    "El Mago de Oz" es uno de mis cuentos favoritos, de hecho vuelvo a ver la película de vez en cuando. La última vez anteayer.

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